Los niños, niñas y adolescentes con desorden de pánico sufren períodos repentinos de horror o incomodidad intensa, con síntomas físicos como palpitaciones aceleradas, ahogo y visión nublada. Estos momentos se denominan “crisis de pánico” y pueden durar desde minutos hasta varias horas.
Las crisis de pánico pueden interferir con el trabajo escolar y las relaciones sociales.
Quienes padecen crisis de pánico pueden comenzar a sentirse ansiosos la mayor parte del tiempo, aun cuando no están teniendo una crisis. Algunos comienzan a evitar situaciones que ellos temen le puedan producir dicha crisis.