El duelo es un proceso de adaptación emocional generado ante una pérdida, ruptura o separación. Esta se manifiesta, frente a una ruptura de relación de pareja, pérdida del trabajo, muerte y otras circunstancias.
Sin duda la muerte es un suceso inevitable, pero a la vez resulta incierto cuándo ocurrirá y de qué modo, de esta manera cuando un ser querido fallece, sus cercanos se ven enfrentados al desafío de poder elaborar, superar y/o aprender a lidiar con la pérdida de la persona que dejó de vivir.
El duelo es un generador de emociones, sentimientos y comportamientos durante su transcurso, como lo son la tristeza, llanto, desconsuelo, angustia, desánimo y a veces culpa.
¿Cuáles son las etapas del duelo por muerte?
Son muchos los factores que incidirán en la forma en que nos tomemos y cuanto nos afectará la muerte de un ser querido, depende de distintos factores, tales como características personales, aspectos culturales, las circunstancias, el tipo de muerte, la relación con la persona fallecida, entre otros aspectos.
Los aspectos personales que influyen en el enfrentamiento a la muerte son las creencias acerca de la muerte, padecimiento de un trastorno mental o la capacidad de resiliencia. Por ejemplo, una persona que está padeciendo un trastorno mental podría ver agudizados sus síntomas.
Para quien percibe la muerte como algo profundamente perturbador, sin duda experimentará tristeza y ansiedad, en comparación a quien percibe la muerte como un paso para una mejor vida. Cabe señalar que aspectos culturales podrían influir en cómo el individuo percibe la muerte. La capacidad de resiliencia contribuye a la fortaleza y a la aceptación de la pérdida.
¿Cómo afrontar una muerte por accidente?
Si la muerte ocurre de manera repentina por accidente, generará emociones como sorpresa, sensación de shock, negación, ira y confusión, en cambio, cuando la muerte se da por algún tipo de enfermedad en que se tenía prevista esa posibilidad, se podría lidiar un poco mejor con la tristeza y el proceso de desahucio facilita la resignación y la aceptación. Si hubo asesinato perpetrado por un tercero puede generar shock, ira, tristeza, deseo de justicia, venganza, miedo por tener el mismo destino. Si se fue testigo del asesinato, se puede experimentar ansiedad y síntomas relativos al estrés post traumático.
Mientras más cercana fue la relación con la persona fallecida, más perturbación emocional podría llegar a producirse. Se puede llegar a vivir una tristeza, angustia, desconsuelo, vacío. Si el fallecimiento se produjo cuando la persona fallecida estaba peleada con la persona que vive, esta última podría manifestar sentimientos de culpa por no haber estado en paz, durante los últimos momentos de la primera. Al contrario, si la persona que vive percibe que está en paz con la persona fallecida, podría ayudar a vivir el duelo con un poco más de sosiego.
¿Cómo trabajar un duelo en terapia?
Es fundamental comprender que el proceso de duelo es subjetivo y dependerá de cada uno los tiempos para ir elaborando. Puedes también buscar ayuda profesional mediante apoyo de psicoterapia. El tratamiento psicológico puede sin lugar a dudas ayudar con la aceptación de la pérdida, otorgar un espacio de escucha y contención para poder expresar todo lo que se siente y orientar a tomar decisiones en función de rehacer la vida sin la persona amada.
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