Estas ideas se aplican a situaciones en las que se tiene que dar malas noticias a otra persona. No hay forma de convertir las malas noticias en buenas noticias; por lo tanto, siempre es difícil reportar hechos horribles. Aunque no existe una única forma o modelo perfecto, el impacto emocional será menor si utilizamos estrategias óptimas.
¿De qué eventos estamos hablando?
Hablamos de situaciones que requieren comunicación íntima, como la muerte de alguien cercano, un accidente grave o una enfermedad mortal.
¿Quién debe comunicar las malas noticias?
El lenguaje sencillo es mejor que la jerga confusa, ya que intentaremos transmitir un mensaje claro desde el principio. Primero (siempre después de haber preparado el ambiente) averiguamos qué sabe.
Ejemplo: ¿Te enteraste del incidente en el centro comercial esta tarde? ¿Se ha puesto en contacto contigo? ¿Hay alguna autoridad? Los medios de salud trabajan en la escenificación de las noticias para que las personas perciban e incluso descubran los resultados.
Usa oraciones cortas. Por ejemplo: “¿Fue su hijo al centro comercial X esta tarde? Lamentamos informarle que ha ocurrido un terrible accidente. Ha habido víctimas. Siento tener que dar esta noticia pero…” Probablemente el destinatario ya lo haya descubierto; si lo hace, no hace falta que se lo digas.
Si aún no lo ha hecho, podemos intentar suavizar la noticia con alguna información al respecto.
Ejemplo: “El equipo de rescate tomó medidas urgentes, pero a pesar de sus esfuerzos, el nombre de su hijo estaba entre los fallecidos.”
Ejemplo: “Cuando pasó, su hijo no sufrió…” Sin embargo, es necesario revelar la ubicación, y otra información pertinente. “Estuvo en el hospital X para una autopsia u otro trabajo.” Es mejor poner toda esta información por escrito, ya que es posible que sus emociones no estén contenidas en ese momento. Si se le pregunta qué pasó, dé información veraz; lo compararemos y lo confirmaremos antes de continuar. Las preguntas habituales son si está solo, si sufre, dónde está ahora, etc.
¿Qué tipo de lenguaje debo usar al dar una mala noticia?
Los estados emocionales intensamente experimentados provocan cambios fisiológicos objetivamente medibles, como la frecuencia cardíaca, la frecuencia y amplitud respiratoria, o la conductancia de la piel. Emociones como la ira y el miedo son emociones que causan algunas de las mayores fluctuaciones en los niveles fisiológicos porque preparan el cuerpo para ciertos comportamientos como pelear, huir o simplemente poder levantar la voz para expresar frustración o emoción. Cuando el estado emocional termina, estos cambios vuelven gradualmente a los niveles normales. Pero si ciertas emociones se prolongan en el tiempo o se experimentan con demasiada frecuencia o con demasiada intensidad, los cambios fisiológicos seguirán alterando los parámetros, provocando cambios internos.
Por ejemplo, se sabe que las personas con agitación crónica desarrollan cambios cardiovasculares que aumentan el riesgo de síntomas coronarios, como arritmias o ataques cardíacos menores. Los experimentos también han demostrado cómo la experiencia de miedo intenso puede causar vómitos o malestar estomacal porque la experiencia crea malestar interno. Manejar las emociones implica primero ser consciente de tus sentimientos y expresarlos honestamente. Reconocer que está enojado por lo que sucede a su alrededor, o que ciertas situaciones lo vuelven demasiado temeroso, puede ser el primer paso para regular estas emociones y evitar que se vuelvan hiperactivas.
Reacciones al dar malas noticias
Debemos estar preparados para posibles reacciones, especialmente si requieren atención. Por ejemplo: desmayos, crisis de ansiedad, agresividad. Es preferible juzgar no por la reacción, sino por cómo se siente la gente, y eso solo los legitima. Tampoco pretende usar las palabras correctas para consolar el dolor emocional. Si no sabemos qué decir, lo mejor es callar y no interrumpir. Asiente o gesticula con simpatía, no con impaciencia. Por supuesto, el entorno en el que se realiza esta hazaña debe proporcionar privacidad. Sería mejor si pudiera confiar en la cercanía de los miembros de la familia para que lo apoyen. El trabajo diario de algunos profesionales.
Es normal y adaptativo sentirse incómodo después de experimentar un evento tan traumático, ya sea personal o profesionalmente. Reaccionamos de manera muy diferente cuando el entorno es personal, e incluso podemos relacionarnos con él a través de la amistad o el parentesco, o cuando se trata de un entorno profesional.
En el segundo caso, dependiendo de nuestro rol profesional, es probable que esta situación se repita (entorno sanitario, protección civil, cuerpos y fuerzas de seguridad nacional). Cuando esto sucede, aprendemos a responder «seriamente» a la muerte; como medida de seguridad, aprendemos a «profesionalizar» los hechos para distinguir entre el dolor y las emociones que interfieren en nuestra vida personal. También aprendemos a «materializar» a los muertos y convertirlos en casos X, casos Y, etc. Esta reacción es natural para poder ver y superar tal grado de trauma en nuestras vidas y no es un problema. Los inconvenientes ocurren cuando sufrimos pérdidas en circunstancias personales; las respuestas que brindamos en tales situaciones a menudo imitan las respuestas profesionales, inhibiendo o retrasando el desarrollo del duelo no patológico.
Si el lector llega a esta última hipótesis, lo animamos a que se tome un momento para reflexionar sobre la pérdida del embotamiento emocional y la ansiedad que a menudo se produce en esta situación. Es decir, tómese el tiempo suficiente para aceptar la realidad en lugar de seguir de inmediato con su vida diaria.
Es importante no retrasar la psicoterapia si la necesita. Unas pocas sesiones pueden evitar un proceso demasiado largo o doloroso. Puedes agendar aquí una visita con uno de nuestros profesionales para recibir la ayuda que necesita en momentos de aflicción emocional.
Busca ayuda profesional
El tratamiento psicológico se considera esencial en el tratamiento de conductas de dicha índole. Es conveniente buscar profesionales especializados y con experiencia en el tratamiento para estas aflicciones.
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